Se gastan 6,5 millones de euros de los contribuyentes en realizar una obra monumental, el Diccionario Biográfico Español, de la que han excluido a prestigiosos autores de prestigio internacional, como Julián Casanova, Paul Preston, Ángel Viñas… En sus dislates ocultan que Franco, un vulgar criminal de guerra, no fue dictador de España.
RESUMEN/ SUMMARY
Huele a tocino rancio y a naftalina: es la Academia de la Historia , una caverna de viejos miserables, reaccionarios y chochos, que vive de los impuestos de los ciudadanos, que se dedican a manipular la historia. Y el ejemplo más diáfano está en la obra recién presentada, de 50 volúmenes: Diccionario Biográfico Español. En tan “magna” obra, que les ha costado a los contribuyentes españoles la friolera de 6,5 millones de euros (más de mil millones de pesetas), describen a Franco, posiblemente el mayor criminal de la historia de España, como “generalísimo o Jefe de Estado”. La biografía del sanguinario Franco la ha hecho Luis Suárez, un reconocido franquista que vivió muy bien en la dictadura, que gozó de todos sus privilegios… La dictadura de Franco, apoyada por los países occidentales, duró 40 años: tiene en su haber más de 150 mil asesinados tras la guerra civil, o la creación de los Tribunales políticos de Orden Público que empapelaron a más de 35.000 españoles demócratas entre 1963 y 1975.
Escribe el impresentable Suárez sobre Franco: “Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado”. ¿Se puede falsificar más la historia? Sí… con el consentimiento de la Academia , financiada con dinero de los contribuyentes. Los reaccionarios y carcas de la Academia de la “Historia” también contrataron a Stanley G. Payne, historietador estadounidense de la extrema derecha, muy en sintonía con los eximios historietadores españoles Pío Moa o César Vidal, tipos que mueven a risa por sus mentiras sobre la guerra civil española.
El director de la Real Academia de la Historia , Gonzalo Anes, es un tarugo con pretensiones, un mendrugo. Ha declarado que en la Academia no se censura… Efectivamente, no se censura: se contrata a seudo-historiadores para manipular la historia, se excluye a los historiadores de mayor prestigio, nacional e internacional, para no incluir sus trabajos. ¡Qué vergüenza!
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