viernes, 17 de junio de 2011

ESCRITORES Y DEMOCRACIA (2) JORGE SEMPRÚN


El martes 7 de junio del 2011 fallecía en París (Francia) Jorge Semprún, un autor hispano-francés o franco español, desconocido en España, testigo directo y víctima de las barbaries totalitarias del siglo XX en Europa. Jorge Semprún, o Federico Sánchez, tenía tatuado en un brazo el número 44.904. Era su identificación en el campo nazi de exterminio de Buchenwald, donde estuvo a punto de morir, del que siempre recordaba el intenso olor a carne quemada.

           Nacido en Madrid (10 de diciembre de 1923), Jorge Semprún pertenecía a una adinerada familia de la alta burguesía. Nieto de Antonio Maura, político conservador que fue ministro con Alfonso XIII, marchó con sus hermanos a La Haya, ciudad en la que su padre era embajador de la República de España. Iniciaba así un exilio que ha durado hasta su muerte.
            En 1942 se afilió al PCE. Un año después fue detenido como miembro de la Resistencia. Fue torturado y deportado a Buchenwald. Se libró de morir porque fue fichado como estucador. En ese lugar de muerte y horror, llevó en el uniforme el triángulo rojo y la “S” de Spanier. Los presos de Buchenwald fueron liberados por tropas americanas el 11 de abril de 1945. Militante comunista, utilizó en la España de Franco la identidad de Federico Sánchez (Años 50). Federico se movía con soltura en un dictadura criminal y genocida que ya había sembrado todo el territorio de fosas, llenas de miles y miles de asesinados. Realizó un intenso trabajo clandestino, jugándose la vida. Pese a su fidelidad al Partido, fue expulsado en 1964: no se permitían las opiniones propias, las preguntas, las disidencias. La militancia política exige fidelidad absoluta. Jorge Semprún era un hombre inteligente, de una enorme formación: molestaba a los capitostes del comunismo español en el exilio. Fue ministro de Cultura con Felipe González (nombrado en julio de 1988). Su peripecia en esta faceta de su vida está narrada en “Federico Sánchez se despide de ustedes (1993). Esas memorias son irónicas y descarnadas: desnudan a algunos políticos que entienden el poder como un ejercicio propio de déspotas.
            Semprún contó su adolescencia en el exilio –diferente al obligado de 1939 para varios cientos de miles de españoles– en “Adiós, luz de veranos”; y su lucha contra el nazismo y su experiencia en un campo de exterminio, en “El largo viaje”, “Viviré con su nombre, morirá con el mío”, “Aquel domingo” y “La escritura y la vida”. Su expulsión del Partido Comunista de España está narrada en “Autobiografía de Federico Sánchez”.
            La mayor parte de la producción de Semprún está escrita en francés, incluidos los guiones cinematográficos para las películas “La guerra ha terminado” (Alain Resnais) o “Z la confesión” (Costa Gavras). Semprún es un caso raro y  atípico, dentro de la Literatura española –si se puede hablar de literatura, española o universal: la han convertido en entretenimiento para masas–. Se le podría encuadrar mejor dentro de los intelectuales que han marcado una época. En el caso de Jorge Semprún, su obra es la memoria de un tiempo: deja el testimonio del horror del nazismo y el fascismo (incluido el español, llamado franquismo) en Europa, el testimonio de la lucha en la Resistencia y la suerte de sobrevivir en un campo de exterminio. En España nunca tuvo el menor reconocimiento, posiblemente porque se desconoce su obra… o el conocimiento de su obra se limita a los selectos ámbitos de la burguesía que se mueve culturalmente entre el periodismo y la política: no se ha hecho el menor esfuerzo editorial en popularizar sus libros.
            El fallecimiento de Jorge Semprún ha generado una fuerte ola de necrofilia en España. Presuntos reputados autores, que llevan más de veinte años sin escribir una buena novela, se han sumado para homenajearle, para hacerse publicidad a su costa. Porque han narrado sus vivencias con Semprún, no para analizar su figura política o intelectual, y su repercusión en la sociedad; sino para satisfacer su egolatría y envanecerse de su presunta amistad o conocimiento.

domingo, 12 de junio de 2011

LA CIPRIANA EN LOS TÍTERES / THE CIPRIANA ON PUPPETS


Nunca tan pocos han hecho tanto daño a Izquierda Unida, porque la actitud de esa minoría de presuntos izquierdistas, al impedir que el PSOE gobernara en 60 corporaciones municipales, de 282 posibles, produce vergüenza ajena. Y no vale como excusa la derechización del PSOE, o la contra-reforma laboral realizada por el Rodríguez Zapatero. La realidad pura y dura es que el Partido Popular está en la derecha más extrema: vienen ajustes económicos y laborales brutales contra la clase trabajadora.

SUMMARY
Never have so few done so much harm to the "Izquierda Unida", because the attitude of the minority of suspected leftists, by preventing the PSOE ruled in 60 municipal corporations, of 282 possible causes embarrassment. And it does not excuse the rightward of the PSOE, or anti-labor reform by the Rodríguez Zapatero. Pure and simple reality is that the Popular Party (Partido Popular) is on the extreme right: economic adjustments and labor are brutal against the working class

Cayo Lara, secretario general de Izquierda Unida, dijo días después de las Elecciones Municipales y Autonómicas de mayo del 2011: “No habrá ningún alcalde o presidente popular, por la acción o omisión de miembros de Izquierda Unida”.
            El sábado 11 de junio del 2011, concejales electos pertenecientes a Izquierda Unida (IU), impidieron, por acción u omisión, que el Partido Socialista (PSOE) gobernara en 60 corporaciones, de las 282 posibles. Su posición política es increíble: prefieren que gobierne el Partido Popular, que representa a la derecha más dura y extrema de toda Europa, a que gobierne el Partido Socialista. Las razones para tamaña decisión, que merecen un análisis psiquiátrico, no parecen políticas.
José Bono, presidente de las Cortes de España, socialista católico español, dijo en la toma de posesión de Emiliano García-Page como alcalde de Toledo: “El caso que le hacen a Cayo Lara es el mismo que hacen en mi pueblo a la Cipriana en los títeres”.
            Nunca tan pocos han hecho tanto daño a Izquierda Unida, porque la actitud de esa minoría de presuntos izquierdistas produce vergüenza ajena: es algo impropio de la izquierda. Y no vale como excusa la derechización del PSOE, o la contra-reforma laboral realizada por el presidente Rodríguez Zapatero. La realidad pura y dura es que el Partido Popular está en la extrema derecha: preparan ajustes económicos y laborales mucho más duros contra la clase trabajadora. El PP tiene en sus filas a personajes que dan miedo: Esperanza Aguirre, Dolores Cospedal, Ruiz Gallardón, José María Aznar (con Julio Anguita hizo pinzas en el Congreso contra Felipe González), Javier Arenas, Francisco Camps, Carlos Fabra…

domingo, 5 de junio de 2011

ESPAÑA, UNA DEMOCRACIA BANANERA (y 3). TODA LA PRENSA, EN MANOS DE LA DERECHA

La ausencia de Prensa de izquierdas –excluimos los panfletos de partidos residuales de extrema-izquierda– determina la baja calidad de la democracia española, una democracia de fachada, bananera, que ha creado una “partitocracia” que pasa de los ciudadanos: los ignora

Foto: El Templo de Debot (al fondo la plaza de España, Madrid, España),
4 de junio 2011, antiguo Cuartel de la Montaña.

            La Prensa en España está en manos de las derechas, o de la extrema derecha. Un repaso a los medios más conocidos, editados en Madrid, pone los pelos de punta:

LA RAZÓN.- Pertenece al Grupo Planeta, creado en tiempos por el señor Lara, hombre de negocios muy acomodado en el franquismo quizá porque fue capitán del ejército de Franco. Preside el grupo José Manuel Lara, hijo de Lara, hombre tan nacionalista que llegó a tener en propiedad y editar el diario catalán Avui (nacionalismo catalanista), cuando también editaba La Razón (nacionalismo españolista). Este hombre, al que hay que "reverenciar" porque da trabajo a miles de personas, no parece disfrutar con la democracia.
            El diario La Razón, también llamado La Sinrazón, está en posturas extremas. Defiende con uñas y dientes a las derechas, utilizando la técnica de culpar de todos los males a la izquierda (representada por el PSOE, un partido social-demócrata muy alejado de postulados de izquierdas). Los columnistas o “calumnistas” de La Razón lo tienen claro: todo lo bueno lo hace la derecha, todo lo malo es producto de la izquierda. Y repiten y repiten consignas, día tras día, machaconamente, hasta que cala en la sociedad. Por supuesto, pasan de la sociedad y de los ciudadanos: únicamente defienden a los empresarios y a la iglesia católica.

ABC.- Cabecera histórica de la Prensa española, ahora en manos de un grupo económico italiano –¿cuántos grupos económicos españoles actúan en Italia?–. Defiende a la derecha más tradicional y rancia española, la que se peina con gomina, con una marcada defensa de la monarquía, sin olvidarse de la iglesia católica. Sus informaciones están tratadas con los mismos criterios de La Razón: todo lo bueno es producto de las derechas, de los ejemplares empresarios españoles (incluido el patán que presidió la CEOE, que llevó a la ruina al grupo Marsan); todo lo malo es obra del socialismo, de rojos resentidos. Los columnistas de este periódico son auténticos cavernícolas, mercenarios bien pagados dispuestos a ensañarse contra el primero que se les ponga enfrente.

EL MUNDO.- Propiedad de un grupo económico italiano, está dirigido por un auténtico enfermo mental. Hace algunos años, el director de este medio, Pedro José Ramírez, y E. Menéndez, abogado y delincuente en busca y captura, que editaba el diario Ya, mantuvieron durísimos enfrentamientos que se pueden buscar en las hemerotecas: E. Menéndez se ensañó con Pedro José Ramírez, a cuenta del lío sexual que, supuestamente, Pedro Jota mantuvo con una guineana de nombre Exuperancia Rapú, a la que pedía que le llamara “guarra”, desvestido con un corpiño y látigo en mano.
            Desde el diario EL MUNDO se han divulgado las teorías más estúpidas, absurdas, falsas, ridículas y surrealistas sobre el atentado del 11-M. Si hiciéramos caso a Pedro José Ramírez y a su agresiva manada de delirantes, el atentado islamista del 11-M hubiera sido obra de los servicios secretos marroquíes, más la CIA, más los servicios secretos españoles, más el Mosad, más un sector de la Guardia Civil que no quiere llevar tricornio y parte de la policía municipal de Móstoles liderada por el sargento Arensibia, más un alpinista que se perdió en Nepal, más la cabra de la legión de Tenerife (si en Tenerife hay Legión) que hubiera sido la autora intelectual del atentado. No sienten el menor respeto por las víctimas: el dolor de las víctimas se lo pasan por la entrepierna.
Por supuesto, jamás han aportado una sola prueba que avale sus tonterías e inmundicias. Pero les da igual: ellos a lo suyo. Y lo suyo es enredar, mentir, manipular… el psiquiatra más sereno y pachorro se volvería loco si leyera los titulares de EL MUNDO y los diera por ciertos: hoy dicen una cosa, mañana otra, pasado mañana otra diferente a las dos anteriores. Puro disparate: esquizofrenia en estado visceral. Así es Pedro José Ramírez, un maestro en el arte de la manipulación del lenguaje para deformar la realidad y presentarla tal y como él entiende que es la realidad. Y no hay otra realidad que la descrita por Pedro José Ramírez, capaz de dar por bueno que el ácido bórico es un potente explosivo o implicar a Javier Gurruchaga en los atentados del 11-M porque en una furgoneta de los terroristas apareció una casete del grupo Mondragón. ¡Madre mía, qué locura, qué peligro!
            El diario EL MUNDO es derecha pura y dura. Recuerda mucho al diario EL ALCÁZAR, periódico de la dictadura que también ofrecía a sus lectores toda suerte de teorías y conspiraciones contra el régimen. Los columnistas de EL MUNDO dan miedo, especialmente Salvador Sostres, un psicópata sexual obsesionado con las menores; y Federico Jiménez Losantos, antiguo militante de la extrema izquierda (Movimiento Comunista, Bandera Roja), ahora al servicio de la extrema derecha. Bien es cierto que la derecha paga muy bien a traidores y renegados.
            Entre los méritos de Pedro José Ramírez, un tipo corajudo que maltrata sistemáticamente a la izquierda, está el tener acojonado a ZP. El presidente del Gobierno le tiene pánico. No sigo, porque podría escribir un tratado sobre los delirios de Pedro José Ramírez.

EL PAÍS.- Es el periódico español de referencia, el de mayor prestigio. Reconocido internacionalmente, puede medirse con la mejor prensa mundial, desde The Guardian al New York Times. Pero EL PAÍS no es un periódico de izquierdas. EL PAÍS es un medio de centro-derecha, acusado de ser de izquierdas en España por la sola razón de que la derecha española no es derecha: es extrema derecha. Y la extrema derecha española, agrupada en el Partido Popular, ha desplazado a la izquierda española, situándola en el centro o centro-derecha (El Partido Socialista no es un partido de izquierdas).
            El diario EL PAÍS valora muy bien la información: presenta las noticias muy bien, con cierta neutralidad. Entre los mejores directores del periódico: Juan Luis Cebrián y Jesús Cebeiro, tipos muy curtidos. Otro parcela es la que ocupan los “opinadotes”, entre los que hay muy tibios, muy orgánicos: Santos Juliá es la moderación que gusta al poder, un intelectual discreto, no molesto, de obra muy floja (formará parte de los autores que figurarán en los manuales que obligan a estudiar a los alumnos de los institutos); Javier Pradera, de familia franquista, columnista relumbrón, defensor de la teoría (falsa) de la ejemplaridad de la Transición política de la dictadura a la democracia; Ignacio Sotelo, un mediocre allá en Alemania… Sorprende mucho que EL PAÍS castigue a una buena parte de sus lectores con artículos de Mario Vargas Llosa. El escritor, reciente premio Nobel, un tipo insufrible, es muy, muy de derechas. Su obra literaria está sobrevalorada, sin que tenga categoría para ser premio Nobel (Echegaray o Cela tampoco la tenían, por citar dos ejemplos). Tiene artículos sobre África o Suramérica que producen auténtica repugnancia. Sorprende también que tengan como colaborador a Boris Izaguirre, un tipo tan frívolo como impresentable, que está donde está por sus exhibiciones homosexuales… Sus artículos apestan a Chanel nº 5. A este paso, el diario El País acabará siendo una mezcla entre revistas del corazón y cotilleos y diarios deportivos, con algo de seriedad en las secciones de España (Política) y Economía. Y es el periódico de referencia para la izquierda.
            Lo expresado sobre la Prensa escrita, se puede decir de la radio o la televisión, de los medios audio-visuales en general: están en manos de la derecha, copados por seudo-periodistas de la derecha obedientes a la voz de su amo; aunque muy bien pagados, porque la derecha siempre paga muy bien.
            No sigo, para no cansar a mis lectores. En el blog todavía no somos muchos, pero si dos y dos y cincuenta hacen un millar… (poema de un escritor estadounidense. Averiguarlo).

NOTA: Todo lo aquí expuesto, se puede demostrar. Pero el objetivo de este blog no es ofrecer un extenso ensayo o investigación sobre las deficiencias de la democracia española, analizando la Justicia o la Prensa. El objetivo del blog es abrir los ojos de los ciudadanos, que soportan democracias bananeras, en manos de políticos poco demócratas que limitan la participación ciudadana, que utilizan leyes electorales no proporcionales a los votos emitidos, que se niegan a aprobar leyes de transparencia…