domingo, 26 de febrero de 2012

ESPERPENTO ESPAÑOL

Una de las miles de fotografías e imágenes que circulan por Internet, que demuestran la violencia policial, al mejor modo franquista.

Los medios de desinformación de las derechas pretenden que estudiantes adolescentes que protestaban en Valencia, por los recortes educativos, eran jóvenes de extrema izquierda atacando a la Policía antidisturbios. Las imágenes demuestran las mentiras de esa seudo-prensa al servicio de los intereses políticos más bastados. Fue la Policía la que cargó de forma salvaje y desproporcionada contra los estudiantes.

Ha cerrado el diario PÚBLICO, en edición de papel. Mala noticia para los demócratas que ven como la mayoría del espacio informativo está en manos de las derechas

El jueves 23 de febrero fue el último día de existencia del diario “PÚBLICO”, en su edición de papel. El diario PÚBLICO es un medio de centro-izquierda, en un país sometido intensamente a la influencia de la desinformación de los medios de propaganda de las derechas (desde el Diario El Mundo a El ABC, pasando por La Razón). El cierre de la edición en papel fue una mala noticia para los demócratas españoles, porque la Prensa española está mayoritariamente en manos de empresarios de la derecha y de la extrema derecha: diariamente intoxican de forma soez (un ejemplo está en las violentas y desproporcionadas cargas policiales, al mejor modo franquista, contra estudiantes adolescentes en Valencia que protestaban contra los recortes en Educación).

El diario PÚBLICO es un medio de centro-izquierda,
en un país sometido intensamente a la influencia
de la desinformación de los medios de propaganda
 de las derechas (desde el Diario El Mundo
a el ABC, pasando por La Razón)

            Queda la edición digital de PÚBLICO, sin que se prevea cuál puede ser su futuro. La Prensa está viviendo cambios tecnológicos que afectan a las maneras en que llegan a sus lectores (antes el punto de encuentro entre el periódico y el lector era el kiosco de Prensa).
            La edición en papel del diario PÚBLICO era muy importante porque llegaba a un pequeño sector de la población que necesita una Prensa de izquierdas, que sea el contrapeso a la excesiva influencia de la Prensa de derechas y extrema-derecha existente en España. La información veraz que ofrecía PÚBLICO en edición de papel (también en edición digital) se ajustaba mucho más a la verdad de los hechos. El ejemplo lo tenemos en Valencia: las imágenes grabadas por los periodistas demuestran la violencia de la Policía, la carga salvaje y desproporcionada que la Policía hizo contra indefensos estudiantes, muchos en edad adolescente.
            La Prensa de las derechas y la extrema-derecha, pese a la evidencia de las imágenes –imágenes que han dado la vuelta al mundo–, han distorsionado y retorcido los hechos presentándolos ridículamente: según ellos y la Policía, los estudiantes, de grupos violentos de extrema-izquierda, atacaron a indefensos policías antidisturbios. Las imágenes evidencian la falsedad de la información y opinión de los medios de las derechas, que convirtieron la verdad incontestable de unos hechos (la salvaje violencia de la Policía en manos del PP), en un esperpento valleinclanesco. Convirtieron la realidad en una caricatura dramáticamente cómica.
            Hoy domingo, 26 de febrero de 2012, se despide de su cargo de Defensora del lector, en el diario El País, Milagros Pérez Oliva. En su artículo de despedida lo más destacable tiene relación directa con los conceptos verdad y veracidad:
“Una visión cínica del periodismo sostiene que la verdad no existe. Que puede haber tanta verdades como interpretaciones de la realidad. Este planteamiento es una gran trampa. Creo que los periodistas hemos sido negligentes al descuidar la defensa de la verdad. Porque la verdad, en periodismo, existe. Al menos existe la verdad de los hechos, la verdad factual. Aquello que es cierto y es comprobable”.
Los hechos, como dicen que dijo Lenin, son muy tercos. Y no hay maneras de cambiarlos, por mucho que se empeñen los manipuladores al servicio de los intereses más bastardos. Y es aquí donde habría que distinguir si esos manipuladores, activistas de la peor derecha, son o no periodistas. ¿Todo el que escribe en un medio de información es periodista? ¿Los opinadotes y columnistas, dedicados a fabricar opinión, son periodistas? ¿Todo aquel que se auto-define como periodista, dedicado a retorcer y deformar la realidad hasta hacerla irreconocible, puede ser considerado periodista? La violenta y salvaje carga policial de Valencia es un claro ejemplo de manipulación al servicio de los intereses políticos más bastardos.


“Una visión cínica del periodismo sostiene
que la verdad no existe. Que puede haber
tanta verdades como interpretaciones de la realidad.
Este planteamiento es una gran trampa.
Creo que los periodistas hemos sido negligentes
al descuidar la defensa de la verdad.
Porque la verdad, en periodismo, existe.
Al menos existe la verdad de los hechos,
la verdad factual. Aquello que es cierto
y es comprobable” (Milagros Pérez Oliva)

Insiste la Defensora del lector: “La verdad no es un compromiso entre sus diferentes versiones. Y, sin embargo, potentes aparatos de influencia saturan el espacio informativo con versiones y contra-versiones destinadas a falsear la realidad. Más que informar, lo que hace este tipo de periodismo es desinformar. Porque la falsa neutralidad del periodismo de versiones otorga las mismas oportunidades a quien dice la verdad que a quien miente. Y porque la verdad incomoda tiene más dificultades para imponerse al ruido mediático creado para sepultarla. Piensen en el cambio climático. Piensen en todos esos imputados por corrupción que se presentan como víctimas de una persecución política. Piensen en esos sindicalistas presentados como expoliadores, mientras los expoliadores aparecen como brillantes gestores.”.
Milagros Pérez Oliva se queda corta y no entra a valorar las causas que han posibilitado ese “periodismo” creado para intoxicar, manipular y alterar la realidad. Esas causas están en el propio sistema democrático y en sus jueces que, incomprensiblemente o en colaboración con esos medios, permiten prácticas seudo-periodísticas. En nombre de la libertad de Prensa, interpretada como el derecho inalienable, se permite mentir, insidiar, injuriar, manipular… hasta el infinito. Esa seudo Prensa, instalada en el sesgo y en la parcialidad, no tiene límites en su afán de alterar la realidad para fabricar otra realidad irreal a su gusto: el caso del diario El Mundo, con sus perturbadas teorías sobre el 11-M, propias de un peligroso psicópata mentalmente muy desequilibrado, es un ejemplo clarificador.
Añade la Defensora del Lector: “… pero la interpretación no puede ser una coartada para la deformación. Hemos de partir de los hechos para llegar a la interpretación y no al revés. El problema es que hay prácticas periodísticas que prescinden de los hechos o que los distorsionan hasta conseguir que coincidan con la versión que quieren imponer. Su objetivo es distorsionar la realidad y si es posible, crearla […] El periodismo de interpretación no puede ser la gran coartada para eludir, ignorar o sepultar la verdad…”
            La democracia en España, de muy baja calidad, está muy tocada: un sistema judicial pernicioso y dañino –ya no publican encuestas con el grado de aceptación o rechazo de los ciudadanos a la justicia, para no asustar–, que ha llegado a su máximo descrédito nacional e internacional con la aberrante condena contra el juez Garzón; corrupción política galopante, sin que se quiera aprobar una Ley de Transparencia seria que acabe con los desmanes de los políticos; intento de liquidación de los sindicatos, como si fueran las únicas entidades subvencionadas (En España están subvencionados desde la iglesia católica a la Fundación FAES, del ex presidente Aznar, pasando por las organizaciones empresariales, partidos políticos, ONGs colegios concertados…); la mayoría de los medios de información, o desinformación, en manos de la derecha y la extrema derecha. Mejor no seguir. El cierre del diario PÚBLICO, edición papel, es una desgracia para la democracia, otro triunfo para las derechas.

Pablo Torres. Madrid, domingo 26 de febrero de 2012
Fragmento de “Diario de un Kalamar”. Páginas 33 a 36.

lunes, 20 de febrero de 2012

LA DERECHA FRANQUISTA CONTRA EL ARTE


Los ataques a la libertad y contra el Arte, desde los sectores más ultras de la derecha franquista, son preocupantes. Dos ejemplos ilustran el consentido avance de la intolerancia de los totalitarios, enemigos de la libertad y la democracia: el ataque a la Fresh Gallery, situada en el Barrio de Salamanca, donde se exponían fotografías del cineasta Bruce Labruce, con el lema Obscenity; y la amenaza de denuncia contra el artista Eugenio Merino, que presentó en Arco 2012 Always Franco, una escultura del sanguinario dictador dentro de una máquina frigorífica de vender bebidas.
            Los franquistas soportan a duras penas la libertad, una libertad que cercenaron en 1936 tras un golpe de Estado y una guerra civil. Los franquistas mantuvieron en España una brutal dictadura durante 40 años, durante dos generaciones. Con la recuperada democracia, a partir de 1982, aprovechándose de la democracia, incluso crearon una Fundación Francisco Franco para preservar el buen nombre del criminal dictador (A nadie en Alemania se le ocurriría crear una Fundación Hitler, ni sería permitida legalmente). Y un representante de esa “Fundación”, Jaime Alonso, anunció en distintos medios de comunicación que estudiarían emprender acciones judiciales contra el artista Eugenio Merino por exponer en ARCO 2012 su obra “Always Franco”. No sería de extrañar que, aunque no puedan, presentaran la denuncia en el Tribunal Supremo, donde distintos jueces franquistas podrían dar cobertura a esa fundación de extrema derecha; como han dado cobertura al seudo-sindicato Manos Limpias, contra el juez Garzón por atreverse a investigar los crímenes del franquismo.
            El ataque a la Fresh Gallery con un cóctel molotov y otros envases explosivos es más que preocupante, porque ha conllevado la violencia ultra, la violencia de los fanáticos dispuestos a cualquier barbaridad o asesinatos. Una de las fotografías de la muestra era la de la cantante Alaska y su marido, Mario Vaquerizo, poco sospechosos de pertenecer al Partido Comunista. La imagen recreaba La piedad y esa imagen ha sido causa del despido fulminante del señor Vaquerizo, que colaboraba con la COPE, la emisora de radio propiedad de la iglesia católica, que apoyó la dictadura de Franco.
            Es la realidad de España, una democracia de baja calidad, tolerante con los intolerantes y totalitarios: siempre Franco, always Franco.