El presidente Rajoy debería dimitir ya, sin esperar un minuto. No tiene ninguna legitimidad. Su partido ha ganado unas Elecciones Generales con falsas promesas, utilizando el camino de las mentiras y el engaño. La democracia está en peligro
Hace ya bastantes años el cantante y compositor Lluís Llach presentó una demanda contra alguna formación política catalanista, por fraude electoral. Basaba su denuncia en el hecho del incumplimiento de promesas electorales. Una formación política había incumplido deliberadamente su programa… estaban en el poder ilegítimamente, haciendo y deshaciendo a su antojo. Los jueces pasaron del tema, porque los jueces en España no están para impartir Justicia. El Tribunal Supremo es un ejemplo de maquinaciones e injusticias (ver sentencia contra Garzón, por iniciar proceso a los presuntos delincuentes de la red Gürtel). El descrédito internacional del Tribunal Supremo es similar al que tenían con Franco.
Hace unos pocos años, en la Comunidad de Madrid, sumando fuerzas, ganaron PSOE e IU. Pero se produjo “El Tamayazo”: dos diputados regionales traicionaron al PSOE y “cambiaron” de partido político (¿a cambio de qué?), o se vendieron. La Justicia no quiso investigar, miró para otro lado: siempre mira para otro lado cuando hay que fijarse en la derecha. No actuó contra ese gran engaño al pueblo de Madrid, contra ese gran fraude electoral para devolver los escaños al partido perjudicado: las listas cerradas, impuestas por los partidos, son un cáncer para la democracia. Los “autores” del fraude no fueron siquiera investigados. El gran perjudicado fue Rafael Simancas, hombre muy ingenuo. La gran beneficiada fue Esperanza Aguirre, “la lideresa”, posicionada en la extrema derecha, mujer achulada e insultona, de la escuela de José María Aznar, político de discursos que destilan resentimiento de clase y odio.
El jueves 11 de marzo del 2004, se produjo el mayor atentado terrorista contra los españoles, obra de fanáticos islamistas, tres días antes de unas Elecciones Generales. El presidente del Gobierno era José María Aznar, del PP. En vez de decir la verdad, trató de culpar a ETA. El pueblo español se dio cuenta del engaño y el PP perdió las elecciones. Ganó el socialista Rodríguez Zapatero que, en sus dos legislaturas, ha soportado toda clase injurias, insidias, maldades, falsas acusaciones… esparcidas por activistas de extrema derecha, camuflados de periodistas.
Desde hace unos años, los países pobres de la Unión Europea soportan los ataques de especuladores financieros y delincuentes bancarios, que actúan de forma coordinada: arruinan sus economías y empobrecen a sus ciudadanos. Los líderes de los países económicamente más fuertes, de la peor derecha, de la derecha más tonta, Ángela Merkel (Alemania), Nicolás Sarkozy (Francia) y Cameron (Inglaterra), en vez de regular los “mercados”, responsables directos de la “crisis” (es un saqueo de fondos), permiten ataques económicos brutales contra distintos países. Esos “especuladores financieros” han arruinado Grecia, han empobrecido a Portugal e Irlanda… desde hace tiempo van a por España e Italia. Merkel, Sarkozy y Cameron, tres irresponsables, brutos como ellos solos, se creen a salvo de los delincuentes financieros. ¡Serán necios! Sus barbaridades las pagaremos todos.
Desde que la crisis sacude con brutalidad a España, el Partido Popular se ha empeñado en una campaña de desprestigio contra Rodríguez Zapatero. Su falaz discurso era contundente: “ZP es el culpable de todo. En cuanto el PP llegue a la Moncloa se acabará el paro”. La mentira, el engaño mil veces repetido, caló en la sociedad, pero no dejaron de ser mentiras y engaños.
Rodríguez Zapatero se vio obligado a convocar Elecciones Generales. El Partido Popular basó toda su campaña en gritar a los cuatro vientos que, en cuanto estuvieran en el Gobierno, se acabaría el paro. Y prometieron que no subirían el IVA. Y prometieron que no tocarían la Sanidad. Y prometieron que no tocarían la Educación … Y prometieron y prometieron.
El Partido Popular ganó las Elecciones, con mayoría absoluta. El pueblo español había creído en sus promesas (se puede comprobar todo lo que prometieron falsamente en campaña: hay periódicos, vídeos…). Cuatro meses después de ganar las Elecciones Generales, el Partido Popular incumple sistemáticamente sus promesas electorales: han engañado al pueblo español. El engaño sólo tenía la finalidad de obtener el poder.
Rajoy y sus “pinochos”, instalados en la mentira, han puesto en marcha una contra-reforma laboral, eliminando derechos de los trabajadores logrados en muchos lustros de lucha; han puesto en marcha el medicamentazo, que perjudica a los más pobres; preparan cambios en la Educación , para que sólo puedan llegar a la Universidad los hijos de los ricos; van a cambiar la Sanidad , para que sólo tenga salud los que la puedan pagar… Todas estas reformas, y otras muchas más, para empobrecer más a los pobres, son posibles porque el Partido Popular ha llegado al poder engañando, mintiendo, incumpliendo promesas. ¿Es legítimo llegar al poder mintiendo, engañando al electorado?
El presidente Rajoy trata de justificar sus actos en que tiene mayoría absoluta. ¿Tener la mayoría absoluta equivale a tener la razón o actuar con equidad y justicia? Hitler tenía mayoría absoluta y jamás tuvo la razón. Llevó al pueblo alemán y a toda Europa al mayor desastre de su historia.
La mayoría absoluta del presidente Rajoy se asienta en mentiras y engaños: no tiene, por tanto, ninguna legitimidad. Porque en una democracia no es legítimo ganar utilizando las mentiras y el engaño. Y las mentiras y engaños del Partido Popular son palpables: mintieron y engañaron para ganar las Elecciones Generales del 2011. El presidente Rajoy debería dimitir ya, sin esperar un minuto. No tienen ninguna legitimidad, porque ha llegado a la Moncloa por el camino de las mentiras y el engaño.
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