Una de las miles de fotografías e imágenes que circulan por Internet, que demuestran la violencia policial, al mejor modo franquista.
Los medios de desinformación de las derechas pretenden que estudiantes adolescentes que protestaban en Valencia, por los recortes educativos, eran jóvenes de extrema izquierda atacando a la Policía antidisturbios. Las imágenes demuestran las mentiras de esa seudo-prensa al servicio de los intereses políticos más bastados. Fue la Policía la que cargó de forma salvaje y desproporcionada contra los estudiantes.
Ha cerrado el diario PÚBLICO, en edición de papel. Mala noticia para los demócratas que ven como la mayoría del espacio informativo está en manos de las derechas
El jueves 23 de febrero fue el último día de existencia del diario “PÚBLICO”, en su edición de papel. El diario PÚBLICO es un medio de centro-izquierda, en un país sometido intensamente a la influencia de la desinformación de los medios de propaganda de las derechas (desde el Diario El Mundo a El ABC, pasando por La Razón ). El cierre de la edición en papel fue una mala noticia para los demócratas españoles, porque la Prensa española está mayoritariamente en manos de empresarios de la derecha y de la extrema derecha: diariamente intoxican de forma soez (un ejemplo está en las violentas y desproporcionadas cargas policiales, al mejor modo franquista, contra estudiantes adolescentes en Valencia que protestaban contra los recortes en Educación).
El diario PÚBLICO es un medio de centro-izquierda,
en un país sometido intensamente a la influencia
de la desinformación de los medios de propaganda
de las derechas (desde el Diario El Mundo
a el ABC, pasando por La Razón )
La edición en papel del diario PÚBLICO era muy importante porque llegaba a un pequeño sector de la población que necesita una Prensa de izquierdas, que sea el contrapeso a la excesiva influencia de la Prensa de derechas y extrema-derecha existente en España. La información veraz que ofrecía PÚBLICO en edición de papel (también en edición digital) se ajustaba mucho más a la verdad de los hechos. El ejemplo lo tenemos en Valencia: las imágenes grabadas por los periodistas demuestran la violencia de la Policía , la carga salvaje y desproporcionada que la Policía hizo contra indefensos estudiantes, muchos en edad adolescente.
Hoy domingo, 26 de febrero de 2012, se despide de su cargo de Defensora del lector, en el diario El País, Milagros Pérez Oliva. En su artículo de despedida lo más destacable tiene relación directa con los conceptos verdad y veracidad:
“Una visión cínica del periodismo sostiene que la verdad no existe. Que puede haber tanta verdades como interpretaciones de la realidad. Este planteamiento es una gran trampa. Creo que los periodistas hemos sido negligentes al descuidar la defensa de la verdad. Porque la verdad, en periodismo, existe. Al menos existe la verdad de los hechos, la verdad factual. Aquello que es cierto y es comprobable”.
Los hechos, como dicen que dijo Lenin, son muy tercos. Y no hay maneras de cambiarlos, por mucho que se empeñen los manipuladores al servicio de los intereses más bastardos. Y es aquí donde habría que distinguir si esos manipuladores, activistas de la peor derecha, son o no periodistas. ¿Todo el que escribe en un medio de información es periodista? ¿Los opinadotes y columnistas, dedicados a fabricar opinión, son periodistas? ¿Todo aquel que se auto-define como periodista, dedicado a retorcer y deformar la realidad hasta hacerla irreconocible, puede ser considerado periodista? La violenta y salvaje carga policial de Valencia es un claro ejemplo de manipulación al servicio de los intereses políticos más bastardos.
“Una visión cínica del periodismo sostiene
que la verdad no existe. Que puede haber
tanta verdades como interpretaciones de la realidad.
Este planteamiento es una gran trampa.
Creo que los periodistas hemos sido negligentes
al descuidar la defensa de la verdad.
Porque la verdad, en periodismo, existe.
Al menos existe la verdad de los hechos,
la verdad factual. Aquello que es cierto
y es comprobable” (Milagros Pérez Oliva)
Insiste la Defensora del lector: “La verdad no es un compromiso entre sus diferentes versiones. Y, sin embargo, potentes aparatos de influencia saturan el espacio informativo con versiones y contra-versiones destinadas a falsear la realidad. Más que informar, lo que hace este tipo de periodismo es desinformar. Porque la falsa neutralidad del periodismo de versiones otorga las mismas oportunidades a quien dice la verdad que a quien miente. Y porque la verdad incomoda tiene más dificultades para imponerse al ruido mediático creado para sepultarla. Piensen en el cambio climático. Piensen en todos esos imputados por corrupción que se presentan como víctimas de una persecución política. Piensen en esos sindicalistas presentados como expoliadores, mientras los expoliadores aparecen como brillantes gestores.”.
Milagros Pérez Oliva se queda corta y no entra a valorar las causas que han posibilitado ese “periodismo” creado para intoxicar, manipular y alterar la realidad. Esas causas están en el propio sistema democrático y en sus jueces que, incomprensiblemente o en colaboración con esos medios, permiten prácticas seudo-periodísticas. En nombre de la libertad de Prensa, interpretada como el derecho inalienable, se permite mentir, insidiar, injuriar, manipular… hasta el infinito. Esa seudo Prensa, instalada en el sesgo y en la parcialidad, no tiene límites en su afán de alterar la realidad para fabricar otra realidad irreal a su gusto: el caso del diario El Mundo, con sus perturbadas teorías sobre el 11-M, propias de un peligroso psicópata mentalmente muy desequilibrado, es un ejemplo clarificador.
Añade la Defensora del Lector: “… pero la interpretación no puede ser una coartada para la deformación. Hemos de partir de los hechos para llegar a la interpretación y no al revés. El problema es que hay prácticas periodísticas que prescinden de los hechos o que los distorsionan hasta conseguir que coincidan con la versión que quieren imponer. Su objetivo es distorsionar la realidad y si es posible, crearla […] El periodismo de interpretación no puede ser la gran coartada para eludir, ignorar o sepultar la verdad…”
La democracia en España, de muy baja calidad, está muy tocada: un sistema judicial pernicioso y dañino –ya no publican encuestas con el grado de aceptación o rechazo de los ciudadanos a la justicia, para no asustar–, que ha llegado a su máximo descrédito nacional e internacional con la aberrante condena contra el juez Garzón; corrupción política galopante, sin que se quiera aprobar una Ley de Transparencia seria que acabe con los desmanes de los políticos; intento de liquidación de los sindicatos, como si fueran las únicas entidades subvencionadas (En España están subvencionados desde la iglesia católica a la Fundación FAES , del ex presidente Aznar, pasando por las organizaciones empresariales, partidos políticos, ONGs colegios concertados…); la mayoría de los medios de información, o desinformación, en manos de la derecha y la extrema derecha. Mejor no seguir. El cierre del diario PÚBLICO, edición papel, es una desgracia para la democracia, otro triunfo para las derechas.
Pablo Torres. Madrid, domingo 26 de febrero de 2012
Fragmento de “Diario de un Kalamar”. Páginas 33 a 36.
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