Vista parcial de la ciudad de Dublín,
desde la terraza de la Factoría Guinness
Acabo de terminar de leer “The
sky road” y ya estoy a la espera de la próxima entrega de las aventuras de
Tadeus Kuntz, el detective con el que el periodista Pablo Torres hace su
entrada en el vasto mundo de la novela detectivesca.
Con la sabiduría acumulada por
más de 50 años de desempeño periodístico, pues entró en el diario Pueblo con
pantalones cortos (bueno, con 15 años, que no es lo mismo pero es igual),
Torres inventa una intriga leve que lleva a su investigador hasta Irlanda, país
que el autor conoce bien, como excusa para poner en pie lo que de verdad le
interesa: un personaje. Y qué personaje…
Antes de empezar la trama de la
que se anuncia como primera novela de una serie, Tad ha renegado de su
condición de arquitecto por los desmanes a que la vorágine del ladrillo
obligaba a su profesión; y ahora dirige una agencia de detectives con un socio,
Eduardo, y una empleada, Laura. En el plano afectivo, Tad se debate entre dos
amores, su novia actual, Emma, e Ivana, una policía a la que rencuentra después
de 3 años de separación.
Al llegar a la última página de
“The sky road”, Tadeus Kantz ha logrado desvelar la intriga que le obliga a
viajar hasta Dublín y Clifden, nos ha ilustrado sobre la cerveza irlandesa y el
hurling; y nos ha metido en el cuerpo las ganas por recorrer “el camino del
cielo”. Pero Pablo Torres nos deja con el misterio de por cuál de sus novias se
decidirá el detective. Por eso esperamos con curiosidad la siguiente entrega.
José Julio Rodríguez
Madrid, viernes 8 de abril 2016
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