sábado, 5 de abril de 2014

MIGUELETES DE AÑIL Y CAL (7)



LA GUERRA CIVIL EN MIGUEL ESTEBAN

Milicianos de Quintanar de la Orden, pueblo próximo
a Miguel Esteban, partiendo hacia los frentes de guerra. Foto: Arnau (reservados los derechos)

Desde que las derechas perdieron las Elecciones Generales de febrero de 1936, se puso en marcha la gran conspiración para acabar con la República y la democracia. Esa conspiración militar, para conseguir el poder con las armas –no podían conseguirlo en las urnas–, estaba apoyada por los partidos políticos de las derechas, incluido Gil-Robles como está demostrado; y por los grandes terratenientes y clero católico [1].

El mes de julio de 1936 estuvo condicionado por el ruido de los conspiradores desde sus cuarteles e iglesias católicas, en sus maniobras golpistas poco disimuladas. Todos parecían conocer la trama golpista, todos menos el Gobierno. Los obreros, a través de sus entidades y sociedades, se preparaban para lo que era un secreto a voces: hacían llamamientos a organizarse y defenderse con armas de los fascistas ante la inminencia de un golpe de Estado.
En Miguel Esteban los integrantes más reaccionarios de las derechas conspiraban y preparaban el asalto al Ayuntamiento. En la conjura golpista estaban los derechistas más señalados: Remigio Cantos Garay, carpintero de oficio, de 44 años, jefe local de Falange Española; Francisco Cambronero, posiblemente el más grande hacendado de la villa; Julio Gadea Abad, contratista de obras públicas, que hostigaban sin cesar a los trabajadores (peones camineros); Cristóbal Boussinet Garay, del partido católico-derechista Acción Popular, y su hermano Alejandro; los hermanos Ramírez Checa, Clemente, Jesús y Julián; Pedro Ramos Torija, prestamista, gran hacendado; Leopoldo García-Pando Alarcón, de larga militancia derechista… más otros personajillos de segunda fila, sicarios dispuestos a todo a cambio de beneficios económicos.
Ante la inminencia del golpe de Estado, ordenaron al alcalde, Genaro Torres Araque, que se trasladara a Madrid por motivos de seguridad. El alcalde viajó hasta la capital, acompañado de Paulino Argumánez, representante en el Ayuntamiento del Partido Comunista; y Benigno Rodrigo Contreras, médico de la población, en esos momentos militante de algún partido  de izquierdas.
            El golpe de Estado lo iniciaron los oficiales “africanistas” desde las plazas del norte de África, el 17 de julio, con el general Mola como primer sedicioso. Pero el golpe de Estado, desarrollado a partir del 18 de julio en la península, fracasó en media España por la fuerte resistencia de los sindicatos y obreros. Fue el inicio de la guerra civil.
UN DÍA DE FURIA.- Los sediciosos de Miguel Esteban –tenían varios arsenales de armas, bajo las escaleras de una fragua y en las casas de algunos terratenientes–, que tenían como objetivos hacerse con el poder municipal y después fusilar al mayor número posible de izquierdistas, según una lista que les encontraron, se organizaron en dos grupos. El jefe local de Falange Española, Remigio Cantos Garay, tras comprobar el fracaso del golpe de Estado de Mola, Franco y otros oficiales “africanistas”, se atrincheró en su casa, armado. El otro grupo se atrincheró con armas de fuego en la fragua de Los Moreno. Conocían las carencias de fuerzas municipales para reducirles y mantenerles, con el agravante de que los guardias civiles de la localidad abandonaron su puesto para sumarse a las fuerzas del sedicioso Moscardó, en Toledo.
            El alcalde de Miguel Esteban regresó el lunes 20 de julio a la población, con el objetivo de desarmar a los sediciosos y mantener el orden. Y trató de hacerlo, de forma pacífica. Para poder desarmar a los sediciosos, pidió refuerzos: milicianos de La Puebla de Almoradiel y Corral de Almaguer llegaron a la población en camiones para ayudar a mantener el orden constitucional. Se trasladaron hasta el domicilio de Remigio Cantos Garay, indicándole que depusiera su actitud y entregara las armas. La respuesta del rebelde fue disparar, parapetado desde el interior de su casa, contra el jefe de Milicias de La Puebla, Juan Roda Rubio, situado en la puerta de su domicilio esperando a que se entregara.
            El cobarde asesinato del miliciano Juan Roda Rubio provocó un día de furia [2]. El resto de milicianos respondieron al fuego con fuego, en un intenso tiroteo. En el intercambio de disparos fue abatida Carlota Cartas Pérez, cuñada de Remigio Cantos, que era el jefe local de Falange Española. Finalmente los milicianos sofocaron la intentona sediciosa, deteniendo a los implicados. Pero a los detenidos les encontraron una lista con los nombres de los izquierdistas que iban a asesinar: la lista y la muerte de Juan Roda Rubio sería el detonante para que el mismo lunes día 20, en la plaza del Ayuntamiento fueran ajusticiados cuatro sediciosos: Eusebio Novillo Muñoz, jefe de Milicias de Falange; Santiago Moreno Lara, reseñado como estudiante; Julián Moreno Medina, padre de Santiago; y Antonio Puente Boga.
El asesinato perpetrado por el jefe local de Falange, en colaboración con su cuñada Carlota Cartas Pérez, tuvo la respuesta judicial que pudo darse, en unos días en que todo estaba por decidir. En el juzgado de Quintanar de la Orden se abrió el sumario número 81, iniciado el 21 de julio:
“Homicidios a virtud del oficio del juez municipal de Miguel Esteban porque en el día de ayer, al hacer un registro en la casa de Remigio Cantos Garay, desde la que se hizo un disparo matando a Juan Roda, de la Puebla de Almoradiel, resultando también muertos Eusebio Novillo, Santiago Moreno, Julián Moreno Medina y Antonio Puente Boga”. La causa sería remitida al Juzgado Especial para actos de rebelión el 5 de septiembre de 1936” [3].
Entre los días 20 y 30 de julio de 1936 se produjo la detención de los principales rebeldes, de unas pocas y conocidas familias: los Boussinet Garay y los García-Pando Alarcón, muy activos derechistas; los hermanos Ramírez Checa, tres peligrosos individuos, políticamente muy activos; los Yébenes, en sus dos ramas, Muñoz y Lara
Superados los primeros días de confusión, controlada la intentona golpista; en Miguel Esteban, se creó el Comité de Defensa, para restablecer la legalidad republicana contra la barbarie fascista, en una situación de guerra civil, con distintas funciones: control social y político de la población y la colectivización de las casas y tierras –expropiaron el uso, no la propiedad–. La función básica del Comité de Defensa era garantizar el trabajo en la retaguardia y producir alimentos para la población y para los soldados que luchaban en los distintos frentes de guerra.
Milicianos en un control de carreteras. Foto Arnau (reservados los derechos de copia)

LA CNT TOMA MIGUEL ESTEBAN.- En Miguel Esteban antes de la guerra civil, el sindicato obrero CNT nunca tuvo excesiva presencia, ni demasiados afiliados. Sin embargo, está documentado el caso de un reconocido grupo de derechistas, políticamente muy activos contra la República, se afiliaron el 3 de diciembre de 1936, unos meses después del golpe de Estado, al sindicato obrero CNT (Confederación Nacional del Trabajo). El objetivo: infiltrados, escondida su auténtica identidad política, solapados de izquierdistas para poder moverse con tranquilidad, conspirar contra la República. Para afiliarse a la CNT tuvieron que viajar furtivamente a Madrid, desobedeciendo las órdenes del alcalde de la población. Y a su regreso a Miguel Esteban, los nuevos cenetistas asaltaron la sede del sindicato socialista UGT.
            El asalto de los nuevos “cenetistas” a la sede de la UGT tendría graves consecuencias. Ordenada la detención de los asaltantes para esclarecer los hechos, uno de ellos, Juan Flores Torres, tendría un enfrentamiento con Paulino Argumánez que acabaría a tiros. Juan Flores resultaría muerto. Su hermano Clemente escaparía y llegaría hasta Alcázar de san Juan (a 18 kilómetros al sur de de Miguel Esteban) para informar a sus “compañeros cenetistas” deformando los hechos y presentándose como víctimas. Y no tuvieron mejor ocurrencia que reunir a varias decenas de anarquistas, trasladarse en camiones hasta Miguel Esteban y tomar militarmente el pueblo, en un acto de sedición. Los hechos que desembocaron en la toma de Miguel Esteban fueron los siguientes:
            El día 1 de diciembre de 1936 un grupo de albañiles, afiliados a la UGT, sin la autorización del alcalde viajan a Madrid. Se afilian a la CNT y con sus nuevos carnets regresan, el 3 de diciembre, a Miguel Esteban y asaltan la sede de la UGT. Se ordena su detención, para investigar los hechos. Cuando Juan Flores Torres es conducido al depósito carcelario, se encuentra con Paulino Argumánez. Se establece una fuerte discusión, que degenera en enfrentamiento: Juan Flores dispara contra Paulino, sin alcanzarle, que repele la agresión. Juan Flores Torres muere [4]. Su hermano Clemente escapa hasta Alcázar de san Juan, informando a la CNT de forma parcial y sesgada, alterando la realidad.
            El 4 de diciembre de 1936 Miguel Esteban es invadida militarmente por seudo-anarquistas de la CNT, llegados de Alcázar de san Juan en tres camiones. Actúan con gran violencia contra la población civil y destrozan la iglesia y gran parte del mobiliario del edificio religioso, incluido un valioso órgano. La llegada de varios camiones de Guardias de Asalto, enviados por el Gobernador Civil de la provincia, evita una matanza de civiles a manos de los incontrolados de la CNT, que actuaron como auténticos sediciosos. El responsable del sindicato en Alcázar de San Juan, Matías Jiménez Segovia [5], además de interrogar ilegalmente al alcalde de Miguel Esteban y ordenar registros y otras acciones, interviene el arma que había disparado Juan Flores: la hizo desparecer [6].
PROCESAMIENTO DE PAULINO ARGUMÁNEZ.- Los anarquistas de la CNT, a partir de mayo de 1937 se desentienden de los frentes de guerra: abandonan los puestos y se mueven en las retaguardias en actuaciones que sólo favorecían al bando sedicioso de Franco. En Miguel Esteban se comportaron de igual forma: Clemente Flores Torres denuncia al alcalde de Miguel Esteban, por supuesta detención ilegal; y a Paulino Argumánez, por la muerte de su hermano Juan, conocido falangista antes de producirse la guerra civil.
            Sobre la supuesta detención ilegal de Clemente Flores y otros “cenetistas”, se les informó que el alcalde de Miguel Esteban tenía potestad para ordenar su detención, por ser la máxima autoridad municipal. No hubo, por tanto, detención ilegal. Y procedieron a procesar a Paulino Argumánez: se tomaron decenas y decenas de declaraciones, se practicaron pruebas… hasta se desenterró a Juan Flores para comprobar las causas de su muerte. Y se juzgó a Paulino Argumánez en Madrid, a partir del 5 de octubre de 1937. El Jurado le declaró inocente y fue absuelto.
UN PERSONAJE SINIESTRO.- El sindicato CNT-Madrid envió a Miguel Esteban a Lorenzo Baldominos, anarquista presuntamente muy revolucionario que, lejos de limpiar el sindicato de derechistas y falangistas, les apoyó: fomentó la separación política municipal, impidió cualquier acuerdo de las izquierdas en el Ayuntamiento, envenenó las relaciones políticas y sindicales y permitió conspiraciones y otros desmanes. Es imposible que desconociera la existencia de un depósito de armas de guerra en la sede del sindicato anarquista. Culminó su calamitosa actuación fabricando informes malintencionados, denunciando a dirigentes de la izquierda: únicamente estaba bien lo que proponía la CNT, que normalmente no proponía nada. No quería ningún tipo de acuerdos, en nada. Y criticó hasta una función de teatro  realizada para recaudar fondos para el Socorro Rojo Internacional (SRI).
UN ARSENAL EN MANOS DE LA CNT.- Ángel Puente Alonso, Clemente Flores Torres, Rufino Martínez Lara y Adolfo Cejudo Ramírez, derechistas camuflados de sindicalistas anarquistas de la CNT, fueron detenidos en octubre de 1937 después de que se descubriera que tenían armas de guerra ocultas en el local del sindicato. También fue detenido Pedro Zarza Patiño, puesto en libertad poco después de su detención. Lorenzo Baldominos, responsable del sindicato anarquista, según él, no se enteró nunca de nada.
En diez meses los falangistas infiltrados lograron hacerse con todo un arsenal para una población de unos 3.500 habitantes: 11 fusiles, una pistola (marca) Star, una caja con cartuchería de caza de varios calibres, cinco bombas de mano y 12 peines con cápsulas (balas) de fusil. Incomprensiblemente no fueron fusilados. Las autoridades de la República les abrieron un proceso, interrogándoles en Ocaña, entonces capital de la provincia de Toledo. No pasaron ni medio año de cárcel. 

Un informe de la Guardia Civil, de noviembre de 1942, demuestra que los más activos derechistas, algunos de Falange Española, se refugiaron en la CNT para actuar contra la República y erosionar la convivencia. Lo firma el comandante de puesto, José Nevado Borreguero y dice:

“Consecuencia de tales asesinatos y otros acontecimientos de despiadada vileza [7] se inicia en el vecindario un profundo malestar, que aprovecha la ocasión de la constitución de la CNT donde se cobijan la mayor parte de los elementos de derechas, desde la cual inician una ardua y perseverante campaña contra los desmanes cometidos por el mal llamado Frente Popular”.

TROPAS DE LÍSTER EN MIGUEL ESTEBAN.- Gracias a las denuncias e informes falsos de la CNT-Miguel Esteban, sabemos que hubo tropas de Líster en Miguel Esteban. Un escrito fechado el 24 de noviembre de 1937, firmado por Lorenzo Baldominos se titula:
“Informe de los hechos acaecidos en el pueblo de Miguel Esteban desde que llegó a éste una parte de la Brigada del Quinto Cuerpo del Ejército, la cual es mandada por un comandante que se llama Modesto”. En otro informe titulado “Informe de la Asamblea mitín celebrada… el día 23 de diciembre en el salón Pasionaria” dice abiertamente: “Este acto ha sido organizado por el Comandante y el Comisario del Batallón Especial de Ametralladoras del Quinto Cuerpo de Ejército, que se encuentra actualmente en este pueblo…

LA MUERTE DE REGALADO NIETO.- Puesto en libertad, Paulino Argumánez volvería a comportarse de forma violenta, protagonizando otro incidente, en el que resultaría muerto Regalado Nieto. El 21 de diciembre de 1937 Paulino Argumánez y Regalado Nieto, los dos militantes del Partido Comunista, se trasladaron hasta la Bodega de Cambronero. Discutieron: Paulino le disparó tres veces, matándole. Las causas de la discusión parecen estar en diferencias sobre las cuentas de la colectividad: Paulino no justificaba los gastos. La defensa de Paulino, llevada por José María Rodríguez de Rivera y Muriel, del Frente Popular, trató de demostrar que la muerte de Regalado fue accidental: pretendía que Paulino y Regalado probaban una pistola, que se disparó accidentalmente. No lo pudo probar. Paulino Argumánez sería condenado “como autor responsable de un delito de asesinato cualificado por la premeditación y en el que concurre la circunstancia agravante de alevosía, a la pena de QUINCE AÑOS DE SEPARACIÓN DE LA CONVIVENCIA SOCIAL que extinguirá en una Colonia de Trabajo…”.

SE ACERCA EL FINAL.- El año de 1937 se cerraba con el inicio de la ofensiva republicana sobre Teruel, iniciada el 15 de diciembre. La ciudad es tomada el 8 de enero. Pero el 22 de febrero de 1938 vuelve a poder de los sediciosos. El revés es consecuencia de la desigualdad de fuerzas entre republicanos y franquistas. Alemania e Italia incrementaban sus ayudas a Franco, mientras que Francia e Inglaterra seguían maniatando a la República con su “política de no intervención” (en ayuda de la República).
La suerte de la guerra y de la República se jugó finalmente en la Batalla del Ebro, iniciada con una ofensiva republicana el 25 de julio. La batalla del Ebro fue la mayor de cuantas se libraron en la Guerra Civil, desarrollándose en la zona occidental de la provincia de Tarragona y en la parte oriental de la provincia de Zaragoza. Mientras se jugaba el futuro de España, el 21 de septiembre, en un discurso en la sede de la Sociedad de las Naciones, Negrín anunciaba la retirada de las Brigadas Internacionales: el 28 de octubre se despedían de España, desfilando por las calles de Barcelona (el propósito de Negrín era resistir: sabía que la gran guerra europea estaba próxima: era la única oportunidad de la República). El 16 de noviembre, tras cuatro meses de heroica resistencia, las tropas republicanas volvían a cruzar el río Ebro en retirada. Muchos entendieron que la guerra estaba perdida y la República acabada.
Los tres primeros meses de 1939 supusieron la desintegración total de la República, el triunfo del fascismo internacional en España. El 26 de enero de 1939 caía Barcelona, sin que los republicanos opusieran la menor resistencia. La guerra estaba perdida. Los sueños de libertad y democracia, de progreso, que representaba la República habían sido rotos en mil pedazos por el fascismo. El 27 de enero de 1939 se iniciaba un éxodo de 200.000 civiles hacia Francia, el mayor de la historia de España, que huían aterrorizados de las tropas de Franco. El éxodo se prolonga hasta el 10 de febrero, con otros tantos cientos de miles de soldados de la República (miles y miles de republicanos se quedaron atrapados en Alicante, sin poder escapar por el puerto: no había suficientes barcos).
         Los franquistas entrarían en Madrid el 28 de marzo. No habría combates. Oficialmente Franco proclama el 1 de abril el final de la guerra civil. Significó el comienzo de una larguísima noche de terror genocida, el inicio de una dictadura feroz y sanguinaria que duraría 38 años. La guerra no había terminado: empezaba la más brutal venganza franquista.

NOTAS:

[1] Los sediciosos sacaron de Toledo, días antes del golpe de Estado, al cardenal primado de España, el catalán Tomás y Gomá. Sus escritos llamando a la guerra civil son muy conocidos.

[2] Una gran parte de los hechos ocurridos en Miguel Esteban, durante la Guerra Civil, están descrito en Los años oscuros en Miguel Esteban. Represión y fascismo en Castilla – La Mancha. Pablo Torres. Editorial Almarabú, Madrid 2008, España. En la próxima edición añadirá otros episodios que desmontan todas las mentiras de la derecha.


[3] Libro de Registro de sumarios. Juzgados de Quintanar de la Orden (Toledo)
[4] Este esforzado “anarquista” fue declarado mártir por la iglesia católica. Se puede comprobar en el “Martirologio de Cuenca”.
[5] Fue fusilado por los franquistas en Alcázar de san Juan tras la guerra civil.
[6] Del artículo “Paulino Argumánez, un personaje desconocido y maltratado”. Cuadernos Migueletes, Nº 1. Septiembre 2010 – Marzo 2011. Todos los hechos relacionados con la muerte de Juan Flores y la toma militar de Miguel Esteban están en el proceso que se siguió en 1937 contra Paulino Argumánez (Archivo Histórico Nacional. Signatura FC-CAUSA_GENERAL, 52, EXP. 14).

[7] Nunca especificados, por supuesto.

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