sábado, 30 de abril de 2011

ESPAÑA, UNA DEMOCRACIA BANANERA (1)


Cuando en España se inició una transición política de la dictadura de Franco a la democracia, incomprensiblemente se elaboraron leyes poco democráticas y se dejaron distintas entidades intactas, trabajando de la misma forma en que habían funcionado en la dictadura: preservando criterios de clase o castas sociales, sin control. Los ejemplos más claros están en la Ley Electoral, que no respeta el principio de proporcionalidad en los votos; o en el sistema judicial español, que funciona con principios franquistas, que permiten a los jueces manipular la instrucción de los casos, condicionando la sentencia, que será la inducida por el juez instructor.
Ejemplos que avalan nuestras afirmaciones:
1.- UNA LEY ELECTORAL INJUSTA.- En el sistema electoral español no todos los votos tienen el mismo valor. Para nada. La elaboración de la Ley Electoral se hizo de forma tan retorcida, o con tanta intencionalidad, que hay votos que valen más que otros: Izquierda Unida, con 969.946 votos, tiene dos diputados en el Congreso; Ezquerra Republicana de Cataluña, con 298.139 votos, tiene 3 diputados. Es un auténtico disparate. Las cifras lo dejan claro:
            En las Elecciones Generales del 2008, el PSOE obtuvo 11.289.335 votos, que le supusieron 169 diputados. Es decir, que cada 66.801 votos ganaba un diputado.
            El Partido Popular obtuvo 10.278.010 votos, que se tradujeron en 154 diputados en el Congreso. Cada diputado equivalía a 66.741 votos.
            Convergencia y Unió (CiU), partido de derechas de la burguesía civilizada catalana, obtuvo en esas elecciones 779.423 votos, que le suponían 10 diputados. Cada diputado suponía 77.942 votos (ver caso de Izquierda Unida y comparar la injusticia).
            El Partido Nacionalista Vasco (PNV), formación de la derecha burguesa católica vasca, obtuvo 306.128 votos, que se tradujo en 6 diputados. Aquí ya se advierte una diferencia considerable. Cada diputado se obtiene con 51.022 votos. El principio de igualdad y proporcionalidad ya está roto.
            Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC), rarísima formación política que pretende ser a la vez republicana y nacionalista (términos antagónicos), que les hace esquizofrénicos políticos, obtuvo 298.139 votos que les supuso 3 diputados. Cada diputado les costaba 99.380 votos. Aquí la Ley Electoral penaliza durísimamente a la formación política: rompe ese principio democrático de un hombre un voto, porque los votos ya no tienen el mismo valor.
            Izquierda Unida (IU), junto con Iniciativa per Cataluña (ICV) obtuvieron 969.946 votos. Y sorprendentemente se tradujo sólo en 2 diputados. Es decir, que cada diputado le cuesta casi medio millón de votos (484.973). Es el ejemplo más claro de una Ley Electoral manifiestamente injusta, que castiga a partido de implantación nacional.
            El sistema electoral español es, desafortunadamente, de listas cerradas. Los candidatos son elegidos por los partidos. Los electores se tienen que plegar a las imposiciones de los partidos políticos que suelen colocar en las listas a los que mejor se saben mover dentro de los aparatos de los partidos, los fieles y leales a los jefes, que no suelen ser los más preparados. Es sistema provoca una dictadura de los partidos: impiden la libre elección de candidatos y crea redes de clientes que trabajan para el partido y no para la sociedad.
(Continuará)

viernes, 22 de abril de 2011

LOS JUEVES, MEMORIA HISTÓRICA


Todos los jueves del año, por la tarde, haga frío o calor, truene, granice, llueva o nieve, están en la Puerta del Sol de Madrid (España). Son familiares de las víctimas del franquismo, de las víctimas de la represión de la dictadura. Dan vueltas y vueltas, alrededor de la estatua ecuestre de Carlos III, el rey-alcalde.
            La Puerta del Sol es el centro geográfico, político y social de Madrid, plaza de tránsito para miles y miles de personas, nativos, visitantes ocasionales y turistas, que diariamente van y vienen de una parte a otra de la ciudad, o que pasean la ciudad. La Puerta del Sol es el escenario ideal para todo tipo de actos políticos: muchas manifestaciones finalizan en espacio tan señalado, con mitines que reivindican todo tipo de derechos laborales o civiles.
El lema de  la pancarta de los familiares de víctimas del franquismo, que abre su pacífica protesta lo dice todo: "Contra la impunidad. Solidaridad con las víctimas del franquismo". Son cien, o quizá doscientos, aunque representan a miles y miles de familiares que tienen los restos de sus abuelos, padres, hermanos en fosas comunes, donde fueron enterrados tras ser asesinados en 1939 y años posteriores, por haber defendido la libertad y la democracia de la segunda República.
         Y a cada vuelta una parada ante el edificio de la Comunidad de Madrid, donde antes estuvo la temida Dirección General de Seguridad franquista, un centro de detenciones ilegales y terror. La dictadura luchaba contra la libertad y la democracia recurriendo a la violencia y a la tortura, recurriendo a los tribunales políticos de orden público. Y los manifestantes lo cuentan: “En esta casa, se torturaba; en esta casa, se asesinaba… Y ahora es, la cueva del PP; y ahora es, la cueva del PP”. Y vuelvan a dar otra vuelta, eterna noria que recuerda y recuerda, sin descanso, a las víctimas.
            Hay manifestantes viejos, muy viejos, testigos directos de aquel horror de postguerra; los hay de mediana edad, nietos de aquellos republicanos que defendieron la libertad y la democracia; los hay jóvenes y muy jóvenes, recién incorporados a un movimiento de derechos civiles que reclaman los que es justo y que debería haberse resuelto en la Transición política de la dictadura a la democracia. Pero la cuestión no se abordó, para no molestar a las derechas: “No es el momento, hay que buscar la reconciliación” –se dijo.
         En su marcha circular, unos llevan retratos de sus abuelos o padres, con sus nombres, con el nombre de la localidad donde fueron asesinados o desaparecidos; otros exhiben con orgullo la bandera tricolor de la República, emblema de libertad y democracia; otros acompañan y dan vueltas y vueltas: piden justicia de verdad, universal; defienden al juez Garzón, procesado injustamente en tres procesos tan ridículos y absurdos como artificiales…
            Es una vergüenza universal para España tener miles de fosas, repartidas por todo el territorio, con más de 140.000 asesinados a partir de marzo de 1939, a los que se les negó hasta un entierro digno. Es una vergüenza universal que haya miles de familias buscando los restos de sus padres, hermanos, sobrinos, primos, para poder hacer el necesario duelo y enterrarles con la dignidad que se merecen. Pero la mayoría de los jueces españoles del Tribunal Supremo, politizados y derechizados hasta la nausea, deudores de los políticos que les han aupado hasta su puesto, insensibles al dolor de las víctimas, miran hacia otro lado, o se carcajean, o procesan al único juez, el juez Garzón, que ha tenido la decencia de iniciar la investigación de los crímenes del franquismo, acusándole de prevaricación: ¡qué monstruosidad!
            La noria solidaria que reclama Justicia contra la impunidad de los crímenes del franquismo –la pasividad o miedos del Gobierno socialista a la derecha es irritante: no se atreven a casi nada, para no molestar a los chicos de Aznar–, provoca toda suerte de reacciones en las personas que transitan la Puerta del Sol. Los hay que miran incrédulos, sin entender que ha costado mucho poder manifestarse sin ser reprimidos violentamente por la Policía; los hay necios, provocadores que comentan que con Franco estábamos mejor, aunque desconocemos en qué estábamos mejor; los hay muy jóvenes, que retratan la protesta con sus cámaras digitales… los turistas se sorprenden: nadie les ha informado que en España una guerra civil y que tras esa guerra fraticida, los franquistas vencedores actuaron como brutales genocidas dispuestos a erradicar la libertad y la democracia en España.
            En suma: los jueves, Memoria Histórica para recordar que hay más de 140 mil españoles malenterrados en fosas, asesinados a partir de 1939, por defender la libertad y la democracia.

sábado, 16 de abril de 2011

EL JUEZ GARZÓN DESNUDA AL TRIBUNAL SUPREMO


Falange Española, partido de ideología fascista que apoyó al sedicioso Franco en el golpe de Estado de 1936; partido implicado en el genocidio de la postguerra civil a partir de 1939, con más de 120.000 asesinados, presentó una denuncia en el 2010 contra el juez Garzón por el presunto delito de investigar los crímenes del Franquismo; crímenes escondidos en miles de fosas repartidas por todo el territorio español… Y el Tribunal Supremo de España, contra la razón, la lógica y la justicia, en un brutal acto anti-democrático, admitió la querella. A la querella se sumó un seudo-sindicato llamado Manos Sucias o algo parecido, extraña entidad presidida por un individuo de pasado ultra, dedicado a denunciar a todo el que se le ponga por delante para amedrentar. En cualquier país medianamente democrático la querella hubiera sido rechazada y los denunciantes multados por actuar con mala fe. Pero en España, no. En España la denuncia siguió adelante, dejando un apestoso rastro de mugre franquista.
            De manera muy resumida se puede afirmar que toda la instrucción del caso contra el juez Garzón, perpetrada torticeramente por un oscuro y mediocre juez –Luciano Varela: se ha comportado como un verdugo lleno de rencor, en busca de venganza por celos profesionales–, ha sido un aberrante modelo de formas franquistas: rechazo de todas las peticiones de prueba y testigos pedidos por el juez Garzón e instrucciones a los demandantes para que la querella, sin ninguna base jurídica, un auténtico disparate, pudiera prosperar. Y la última maniobra de este juez, que pasará a la historia por su conexión con el franquismo, fue dejar fuera de la querella a Falange Española. Sus manipulaciones cantaban demasiado.
            El procesamiento de Garzón, brutal, injusto y posiblemente ilegal, ha desnudado al Tribunal Supremo de España: todas sus miserias, toda su mugre franquista, han rebosado y llegado a la sociedad democrática española, e internacional, con claridad. El Tribunal Supremo está en manos de jueces de ideología franquista, dispuestos a cualquier aberración jurídica o injusticia; que rechazan defender los más elementales derechos humanos de las víctimas del genocidio, especialmente si las víctimas son españolas; dispuestos a castigar cualquier intentona de investigar los crímenes del franquismo.
            Hoy sabemos que Garzón está condenado de antemano por querer investigar los crímenes del franquismo, o por los otros dos casos que han fabricado contra su persona, siguiendo los modos franquistas del “juez” Luciano Varela, sobre la base de supuestas prevaricaciones: autorizar escuchas a los presuntos delincuentes de la trama Gürtel (corrupción político-económica), con el visto bueno de la Fiscalía y otros jueces; y presuntos cobros irregulares por dar conferencias (el juez que instruye el caso no ha sido capaz de aportar ni una sola prueba contra Garzón), denunciados a partir de informaciones falsas en una página web. Por supuesto, en los tres casos los jueces instructores han buscado premeditadamente dejar a Garzón en la más absoluta indefensión: no hay que descartar delitos de prevaricación en los jueces instructores porque, de forma sistemática, han negado todas y cada una de las pruebas pedidas por Garzón para su defensa.
            El juez ha recibido apoyos, nacionales e internacionales, de intelectuales y gente de la calle; de intelectuales y asociaciones… todos denuncian las muchas irregularidades o ilegalidades de la instrucción de los casos. Los jueces del Tribunal Supremo de España parecen empeñados en dejar en la más absoluta indefensión al juez Garzón, condenándole de antemano, en un acto de brutalidad judicial semejante a los actos de los jueces franquistas.
            Los tres casos que se siguen contra el juez Garzón –único juez en toda la historia de España sometido a tres procesos por prevaricación–, han dejado en evidencia al Tribunal Supremo de España, han desnudado al Tribunal Supremo: los procesos contra Garzón recuerdan en exceso a los procesos políticos de los Tribunales de Orden Público que ordenó crear el dictador Franco para mantener la dictadura y reprimir cualquier intento de pedir democracia. Las condenas a Garzón, en cualquiera de los tres casos, se producirán en breve. Después vendrán los recursos al Tribunal Constitucional que, si actúa con sentido de justicia y democracia, anulará los procesos y pedirá el procesamiento de los jueces instructores del Tribunal Supremo de España; o al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que dictará una sentencia absolutoria, pidiendo además que se investigue la sospechosa instrucción de los dañinos jueces del Tribunal Supremo, en los casos contra el juez Garzón, donde sí que hay actuaciones que podrían considerarse como prevaricadoras (seguirá).

RAZONES PARA LA DISIDENCIA

La libertad y la democracia están muy amenazadas por los “mercados”, palabra que define el actual sistema económico capitalista, que únicamente busca el beneficio de unos pocos y la esclavitud de las mayorías. En este blog se expresarán todas las DISIDENCIAS Y NEGACIONES, en todas sus formas, contra ese sistema económico que busca sustituir las democracias por sistemas económicos que sólo benefician a unos pocos. Las disidencias y negaciones, entendidas como separación de las comunes doctrinas, creencias o conductas, abarcarán desde reseñas de libros, fragmentos literarios, comentarios sobre actuaciones judiciales brutales e injustas, notas biográficas de personas que han defendido la libertad y la democracia, actos políticos…