El primer lector del segundo caso de Tadeus Kunzt, José Antonio Tébar, reseña "El laberinto de los niños robados", novela del género negro, de Pablo Torres. Y explica bien las dificultades y trabas que se ponen para impedir que se investiguen en España los miles de casos de niños robados en los paritorios y centros de menores, a lo largo del franquismo y primeros años de la recuperada democracia: los demócratas no supieron o no quisieron verlo. El título de la reseña se ajusta a ese enfrentamiento ideológico que pervive entre los españoles: franquistas contra demócratas.
Todos los jueves del año, por la tarde, haga frío o calor,
se manifiestan en la Puerta del Sol (Madrid, España).
Se van a dejar la piel, hasta que se acabe con
la impunidad del Franquismo (Foto: Pablo Torres)
NÁJERAS CONTRA MACHADOS
Tras unos meses sin
saber de sus andanzas vuelvo a tener noticias de Tadeus Kuntz, investigador
privado. Descreído y rebelde, de vuelta de alienantes realidades neoliberales, sigue subsistiendo con dignidad y sin sentirse
culpable por su modo de vida. Tad cae esta vez en un laberinto desasosegante
que va mucho más allá de los casos domésticos que habitualmente resuelve con
solvencia. Aceptó un caso más y abrió, sin buscarlo, la caja de Pandora: la
compraventa de niños robados y la presunta connivencia, si no la complicidad,
del Poder en España durante los dos últimos tercios del siglo XX. Un caso
laberíntico que parece irresoluble e ininvestigable porque algunos consideran
que es la voluntad de dios.
Impotente,
nuestro héroe, sufre a medida que avanza en las pesquisas; siente rabia cuando
constata las complicidades y las connivencias, las trabas y las zancadillas. El
caso de los niños robados debería ser una cuestión de Estado pero con “el
franquismo y sus inercias hemos topado, amigo Pablo”. Hoy mismo, 12 de enero de
2017, ha sido noticia judicial el doctor
E.V. en todos los medios y la espita de la esperanza tal vez se abra. España continuará
sine die con las cunetas llenas de
muertos malenterrados y con miles y “cienmiles” de españoles a quienes les han
robados sus hijos en un caso y sus identidades en otro… Españoles que caminan
en círculo en su “Plaza de Mayo” de la Puerta del Sol de Madrid. España es
diferente e indiferente. Machados contra Nájeras.
Familiares de niños robados, en una de sus protestas:
quieren recuperar a sus madres, hermanos, primos,
devolverles su identidad; quieren que vuelvan con los suyos (Foto: Pablo Torres)
Tad
es un hombre sensible, culto, amante del arte, de la música, de la fotografía y de la gastronomía; atormentado
entre dos fogosidades femeninas; afortunado porque son ellas quienes le guían;
sensible y afable, no le falta la pasión pero los triángulos pueden ser desquiciantes.
Mientras otros patriotas buscan los paraísos fiscales, él encuentra en Irlanda
un edén para sorprenderse, su válvula para reencontrar la belleza, la paz y la
huida de la miseria “marca España”; ese país lleno de corruptos, imbéciles,
ignorantes, postfascistas, eduardos, sormarías, “maderos reciclados”… e “hijos
de puta”.
Estamos
ante la mejor novela de Pablo Torres. Un relato apasionante, bien trabado y
documentado, de fácil lectura y ameno que se pasea sin concesiones por la
España actual mostrando sus miserias, incurias y vergüenzas; que entrelaza
distintas historias pero sin dejar de orbitar sobre un eje central. Nos hace
tomar conciencia de uno de los grandes dramas olvidados o inducidos a olvidar
en la sociedad española. Un libro que hay que leer, disfrutar y sufrir.
Gracias
a muchos Tad aún nos queda algo de esperanza en este mundo de posverdades. Como
decía L. Cohen: “Hay una grieta en todo, así es como entra la luz”…
José Antonio Tébar
Pinto, Madrid, 12 de enero 2017